viernes, mayo 19, 2006

Asocial

Dame un respiro, no puedo más,
torturas mi camino con multitudes,
montañas de gestos y caras,
sus gestos y palabras, mansas, sucumben

ante mi rostro en movimiento involuntario,
sucumben sus vidas sin luces,
vacíos están sus diarios,
sus mujeres, y sus cruces.

Llaman locura al escándalo de la intuición,
ambivalentes bolsas de grasa
juzgan ajenas a compasión

todo lo que en mi rostro pasa,
contraido por el dolor,
maldito dictador.

María tiene miedo

María tiene miedo,
musita palabras de aguacero,
tiembla su voz desde el subsuelo;
ella tiene miedo.

Conoce una soledad nueva,
de parientes y amigos en quiebra,
conoce un rumor que no consuela
su piel de canela.

Ella tiene frío,
le lleva la corriente
al vacío;

explota la simiente
de su soledad
en el gentío.

jueves, mayo 18, 2006

Despertar

Existe a pesar de su infamia,
existe como guarida,
un estoicismo de cama,
libro y vida.

Te tiende las manos el tedio
en su monotonía,
encuentras en tu silencio,
un amigo cada día.

Existe un sentido en el tedio,
una enseñanza escondida,
existe este sortilegio

algunos lo llaman colegio,
otros empleo,
otros, vida.

miércoles, mayo 17, 2006

Desconexión

Como hayar paz, en el vacío,
cuestionaba así mi autoridad
al susodicho;
cuanta equidad.

Como hayar amor en el río,
en el fondo del agua,
el pariente sombrio
del ego en fuga.

Estuve allí y vi justicia
en el reposo,
el fin de la inmundicia;

estuve allí, fui su esposo,
mi demencia maldecía;
encontré paz en el silencio del reposo.

martes, mayo 16, 2006

Animal

Ellas parecen resentidas
antes mis ojos de animal,
ellas son consentidas
en un mostrarse banal.

Reparten miradas atrevidas,
mientras su carne, animal,
disfraza un uso de guarida
como fecundo hilvanar

de sueños rotos en la ciudad
por animales en soledad;
un estúpido intento de conquistar

sus enjutos pechos y mirar,
su manida bestia, su actuar;
me hacen sentirme un animal.

domingo, mayo 14, 2006

Ingreso

Mi vida depende de un ingreso,
monetario y a la inversa,
regresa la esperanza del confeso
en la institución de la reserva.

Mi vida trasciende un receso,
trasciende cada promesa,
cuelga del hilo que profeso
en la institución de la reserva.

Ella se ha ido tan lejos
que ni caminando podría llegarla;
ella se ha ido tan lejos.

Ella se ha ido, y la tengo,
en la espiral de una charla,
hablando de mi receso.

Tensión

Febril tensión en cada movimiento,
asiendo el horror de la existencia,
temblor que coarta el sustento
y condena a una inerte dependencia.

Febril tensión que deviene, a cada momento,
de pulso muerto a agitación,
gracia del Padre como recuerdo
de una tarea que cumplir.

Febril que simula resuelto
en cada gesto vago, y sin fin,
febril y resuelto

a mancillar cada momento
como el musgo a una ruina, y al fin,
como la vida a un muerto
en su jardín.