Anomalía

Mi sistema está deshecho,
mis alertas son continuas,
explican así los médicos
la pena en mis pupilas.

Mis alertas cubren huecos
vacios, mi miedo intima
con el crédito
en cada subida.

Ansiedad de corte artificial,
reposo para el moroso
que debe al riesgo parar.

Ansiedad en el poroso
sentir y lastimarse,
el riesgo debe parar.

Propiedad

La más ansiada de las novias,
el más hinchado de los frutos,
del pobre el máximo en el luto,
su más intrínseca fobia.

Se venden decadas de vida,
por vencer al ídolo, en un minuto,
se venden proyectos en fruto
en una compra desmedida.

Ladrillo, deuda contraida
con la grande banca, con la usura,
un lugar para una vida;

deviene en tránsito y tortura,
hogar, ropa y comida;
un lugar para una vida.

Rojo y negro

Saldamos las cuentas,
viví una tormenta,
saliendo de cuentas
un alma despierta

temblaba a tientas,
buscando la vuelta
del pulso en cadena
mis manos , escuetas.

Saldamos la cuentas,
y el lugar protagonista,
rojo y negro, cubierta

que era mi antagonista,
rojo y negro, la puerta,
y alcé la vista.

Enfermo

La noche ha comenzado
en sincronía,
el humor ha vacilado
en sintonía

como un mal inacabado,
cada día,
incrédulos manchados
dibujan la vía.

La noche es angosta
como un tunel,
oscuridad tosca

que sube
a cada paso, sola
incrédulos, la noche me controla.

Desatino

Ahora todos parecen molestos,
cada acto un error,
suceden en orden inverso
a mi intención.

Reservo un montón de deguellos
en su inatención,
suceden actos, no puedo creerlos,
pena sin condición.

Dependía mi sonrisa
de una brisa de cuatro,
cayó desde la repisa

defenestrando mi fatuo
creer en la divisa
de un amor; me queda el claustro

de su inatención.

Orfidal

Sobreviene una tormenta,
el sudor llama al hastío,
pronto vendrá la tuerta
suerte del desafío,

sobreviene una incierta
desazón temblando en frío,
llega ya a la cubierta,
la ola del desafío.

Tiembla, calla, retenido,
tiembla frente a tu público,
exponte a un desvarío,

resuena de súbito
el calmante en tu vacío,
orfidal, y muerto, el frío.

Orfidal, dame el camino.

Escenario

Exorcismo en un cuadrante,
rutina de lucha y cama,
destino siempre errante,
donde canciones se proclaman.

Mis manos, de remate,
en la tecla surten llamas,
temblando, un desplante,
nervioso, te declaran

una enemistad ingenua,
un amor sin fundamento,
una tormenta perpetua,

un desamor sin acierto,
una tímida reserva,
un odio, un infierno.

Escenario, vete lejos de mi cama.