viernes, mayo 12, 2006

Huyendo de los que me robaron todo

Quisiera saberme más fuerte,
más grande aún siendo inerme,
quisiera conquistar aún mi estrella,
huyendo a una tierra sin lengua.

Huyendo a una tierra sin lengua,
tan cruel y liviana en sus quejas.

Me queda el color y la nota,
el sabor amargo en la derrota,
mantengo el creerme divino,
y pecar con gusto a un buen vino.

Intromisión en la alcoba,
ha entrado el brío, placer sombrío,
llegó la pretendida hora,
en que las sombras bailan y la razón se desloma.

Huyendo a una tierra sin lengua,
tan cruel y liviana en sus quejas.
Huyendo de todos y nadie, aunque solo;
huyendo de los que me robaron todo.